Respirar la vida
En nuestros sistemas de educación nos enseñan muchas cosas, cosas que nos permitirán desenvolvernos en aspectos complejos del vivir, el mundo cibernético y otros, sin embargo nos estamos olvidando de lo simple, lo obvio aquello sin lo cual no vivimos y que incide directamente sobre nuestra calidad de vida, cosas a las cuales no le damos importancia, o las tratamos como cosas automáticas que por lo mismo no nos revelan su inmensa riqueza, posibilidades y efectos físicos y psíquicos.El no darle importancia a actos básicos como respirar, comer o caminar, el no prestarles atención ni darles calidad ha empobrecido y desencantado nuestras vidas, sin embargo hay culturas de las cuales podemos aprender e incorporar vastas tradiciones al respecto y obtener herramientas maravillosas para vivir con mejor calidad.
La tradición hindú hizo del acto de respirar una ciencia, el pranayama, en que se entiende que la profundidad, el ritmo, las fases de la respiración producen efectos sobre el ser humano integral. Así la respiración, según su modo, es utilizada para tranquilizarse, activarse, concentrarse, armonizarse.
Esta es entendida además, como un acto que va mucho más allá de la toma de oxigeno y expulsión de CO2, puesto que al inspirar integramos una energía vital, el prana, que se distribuye por todo el sistema físico, nutriendo y vitalizando el cuerpo y la mente. Así es como relacionan muchas enfermedades físicas, (por falta de energetización a los órganos), y psíquicas (como la depresión) con una mala respiración. De acuerdo a este conocimiento empírico, trabajado a traves de milenios, los efectos inmediatos de una respiración deficiente son irritabilidad, cansancio y stress , puesto que el respirar afecta directamente al sistema nervioso.
Una respiración completa respeta las 4 etapas de ésta (inhalación, retención, exhalación, vacío…), llenando completamente los pulmones.Invito a las personas que están leyendo este artículo a observar cómo están respirando en este momento, y, al mismo tiempo a integrar una práctica de respiraciones en la mañana, antes de empezar el día. Si estas se acompañan de visualizaciones positivas y/o de movimientos pueden constituir una fuente importante de salud y armonía.
Se imaginan qué ocurriría si a una persona con depresión no sólo la llenaramos de fármacos en una actitud que la deja completamente impotente respecto de su propia recuperación, sino que además le enseñaramos a hacer respiraciones profundas que le alivien sus estados de angustia ? Qué ocurriría si a los niños les enseñaramos a aliviarse los dolores a traves del respirar, o a los enfermos les enseñaramos a energetizar los órganos enfermos y participar así de su sanación ?, si a las personas estresadas le enseñaramos a tranquilizarse y a las desvitalizadas a estar más energéticas, si en la educación se entregara esta simple pero básica herramienta para vivir mejor ?
Se han estudiado las 4 fases del respirar y su relación con la actividad sicológica.Al inhalar simbólicamente estamos incorporando al mundo, siendo receptivos y dejándonos penetrar por ideas, por el modo de ver y sentir de otros, por el medio. Al retener estamos incorporando el oxigeno y la energía al organismo y por tanto es importante darle tiempo a esto, guardar unos segundos el aire en los pulmones, metaforicamente alude a los tiempos en que estamos procesando, incorporando lo nuevo en nosotros.Al exhalar, sacamos de nosotros lo que no nos sirve, lo gastado, lo que nos hace daño, en el vacío estamos completamente receptivos, cuidando el espacio hueco como un tesoro que después podrá ser llenado de vida nueva. Respirar es una vivencia microcósmica que le recuerda a nuestro inconsciente los pulsos naturales de la vida y quizás para recuperarlos podríamos comenzar por actos tan simples como volver a prestarle atención
PATRICIA MAY
ANTROPOLGA CHILENA